La relación entre la enseñanza y el aprendizaje no es de causa-efecto, ya que se producen aprendizajes sin enseñanza formal y también se da el caso de esfuerzos formales de enseñanza que no producen aprendizajes (o por lo menos, no producen los aprendizajes buscados).
Por ello, es preciso determinar la relación entre la naturaleza del aprendizaje del estudiante adulto trabajador y las estrategias de enseñanza recomendadas para un Docente Andrágogo.
El aprendizaje y la enseñanza son dos procesos distintos, los cuales el trabajo docente integra en uno solo: el proceso enseñanza-aprendizaje. Un docente enseña, al tiempo que favorece a que sus estudiantes aprendan. En esta actividad se involucran diferentes aspectos (González Ornelas, 2001) sobre los cuales reflexionar:
Una de las características de la enseñanza es la intencionalidad. El desafío es que los estudiantes adultos trabajadores puedan dar sentido y utilizar los contenidos enseñados para sus propios fines. Cuantas más estructuras cognitivas detecte el docente, más efectivas serán las situaciones de aprendizaje que diseñe y aplique. Las estrategias son una vía para que los significados “privados” que el estudiante maneja se conecten con el conocimiento “público” que el docente quiere enseñar (González Ornelas, 2001).
En este sentido, cobra importancia el rol de mediación de los docentes. Para definir su estrategia de enseñanza Díaz Bordenave (1982) sugiere considerar dos conceptos esenciales: las experiencias de aprendizaje y las actividades de enseñanza-aprendizaje. Para conseguir el cumplimiento de objetivos, el docente necesita que los estudiantes se expongan a determinadas experiencias y las vivan por sí mismos. Además, esas experiencias deben producir cambios deseados en función de las intenciones educativas. En otras palabras, que se expongan a problemas reales y a la representación de esos problemas ante teorías, fórmulas, conflictos y esfuerzos de cooperación.
Actuar estratégicamente ante una actividad de enseñanza-aprendizaje supone ser capaz de tomar decisiones conscientes y apropiadas, para regular las condiciones que delimitan la actividad que se está trabajando y así lograr el objetivo perseguido.
La expresión decisiones apropiadas se refiere a la ejecución de acciones que aproximen al EAT a conseguir los objetivos de aprendizaje y personales, minimizando al máximo cualquier efecto indeseable (por ejemplo: pérdida de tiempo, imprecisión de respuestas, baja calidad de productos intermedios).
Enseñar estrategias implica enseñar al estudiante (Monereo, 2006):
- a decidir conscientemente los actos que realizará.
- a modificar conscientemente su actuación cuando no se oriente hacia el objetivo buscado.
- a evaluar conscientemente el proceso de aprendizaje seguido.
Para la enseñanza-aprendizaje de estrategias se recomienda:
- Insistir en uso flexible y condicional de cada procedimiento (pueden ser válidas varias estrategias para una misma actividad y una estrategia puede ser válida en algunos casos y en otros no).
- Enfatizar condiciones particulares de cada situación de aprendizaje para que el estudiante sea consciente de ellas y se acostumbre a tomar decisiones de manera reflexiva.
- Ceder gradualmente la responsabilidad a los estudiantes.
- Generar el espacio para discutir y contrastar diferentes estrategias utilizadas en una tarea concreta. El análisis de las estrategias en función de las condiciones relevantes de la situación de aprendizaje y de los resultados de ese aprendizaje permitirá a los estudiantes darse cuenta del uso pertinente de determinada estrategia.
- Evaluar explícitamente la planificación y regulación de la acción cuando los estudiantes se dedican a analizar las condiciones de la situación de aprendizaje o cuando deciden utilizar de forma consciente y ajustada unos procedimientos para aprender.
En ese sentido, se ha corroborado que el estilo de aprendizaje contextualizado y concreto influye prioritariamente en estudiantes adultos, en comparación con otro tipo de estudiantes (García, 2003). Teniendo en cuenta la relación dialéctica entre enseñanza y aprendizaje y el factor estratégico de la enseñanza formal, podemos avanzar en la enseñanza del estudiante adulto trabajador desde un marco teórico de la enseñanza situada.
La enseñanza situada destaca la importancia de la actividad y el contexto para el aprendizaje. Desde este enfoque, se sostiene la idea de que aprender y hacer son acciones inseparables por lo que las prácticas de enseñanza deben ser coherentes, significativas y propositivas (Díaz Barriga, 2003). El enfoque sostiene que el conocimiento es un producto de la actividad, del contexto y de la cultura en la cual se desarrolla y se utiliza (Amaya Franky, 2010).
En un modelo de enseñanza situada se dará valor al andamiaje por parte del docente y los pares, a la negociación de significados y a la construcción de conocimientos (más que a la transmisión o instrucción directa). Estos valores requieren la participación en diálogos, discusiones grupales y trabajo cooperativo para direccionar el aprendizaje.
El diseño de las actividades deberá contemplar las características específicas de nuestros EATs, sus preferencias y otras variables que afectan su desempeño, pero también deberá contemplar en sus formas y en el tipo de actividades que se desarrollen para garantizar la significatividad de lo enseñado-aprendido. Las estrategias serán tanto más efectivas y motivantes en cuanto habiliten la participación activa, la reflexión y el pensamiento crítico y la actividad responsable. En un esfuerzo por “situar” la enseñanza, el rol docente será el de proponer los interrogantes relevantes o problemas que den marco a la construcción de conocimientos esperada (Díaz Barriga, 2003).
La enseñanza situada destaca la importancia de la actividad y el contexto para el aprendizaje. Desde este enfoque, se sostiene la idea de que aprender y hacer son acciones inseparables por lo que las prácticas de enseñanza deben ser coherentes, significativas y propositivas (Díaz Barriga, 2003). El enfoque sostiene que el conocimiento es un producto de la actividad, del contexto y de la cultura en la cual se desarrolla y se utiliza (Amaya Franky, 2010).
¿Cómo optimizar los esfuerzos para pensar una estrategia de enseñanza adecuada para EATs?
En un modelo de enseñanza situada se dará valor al andamiaje por parte del docente y los pares, a la negociación de significados y a la construcción de conocimientos (más que a la transmisión o instrucción directa). Estos valores requieren la participación en diálogos, discusiones grupales y trabajo cooperativo para direccionar el aprendizaje.
El diseño de las actividades deberá contemplar las características específicas de nuestros EATs, sus preferencias y otras variables que afectan su desempeño, pero también deberá contemplar en sus formas y en el tipo de actividades que se desarrollen para garantizar la significatividad de lo enseñado-aprendido. Las estrategias serán tanto más efectivas y motivantes en cuanto habiliten la participación activa, la reflexión y el pensamiento crítico y la actividad responsable. En un esfuerzo por “situar” la enseñanza, el rol docente será el de proponer los interrogantes relevantes o problemas que den marco a la construcción de conocimientos esperada (Díaz Barriga, 2003).
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