Metodologías y estrategias de aprendizaje para estudiantes adultos trabajadores
Para la tarea de enseñanza de EATs es de gran importancia la etapa de planificación estratégica. Una planificación de este tipo garantiza que el perfil de estudiante que nos interesa sea contemplado desde el diseño y que los principios del aprendizaje significativo se vean representados. A su vez, tener una planificación exhaustiva deja al facilitador más tiempo para acompañar el trabajo de sus estudiantes, ya que éstos pueden ejercitarse autónomamente mientras el docente supervisa (diferenciándose de un modelo tradicional en el que el docente es el centro de la actividad y debe preocuparse por la atención de los estudiantes).
Para construir una estrategia de enseñanza hay que considerar que éstas no se diseñan “en el vacío”. Los fundamentos, y las sugerencias de estilos o modelos, son orientaciones generales acerca de cómo enseñar. Sin embargo, es necesario utilizarlos integrados con una reflexión sobre los contenidos disciplinares a enseñar. En este sentido, las estrategias tienen dos dimensiones (Anijovich, Mora, 2009):
Una dimensión reflexiva, presente en el diseño de la planificación, que involucra análisis del contenido disciplinar, variables situacionales, alternativas y toma de decisión acerca de las actividades que el docente considera mejor en cada caso.
La dimensión de la acción, que involucra la puesta en marcha de las decisiones tomadas.
También sabemos que, en la enseñanza de EATs, los estudiantes no solamente deciden regresar al sistema educativo formal y lo hacen voluntariamente, sino que deciden sobre el propio proceso educativo y el modo de llevarlo adelante. Es decir, en todo momento, toman decisiones sobre el tipo de formación que buscan, los métodos a seguir y los roles a asumir en el proceso formativo (Medina Fernández, 2000).
Si los estudiantes toman decisiones, el proceso de enseñanza-aprendizaje tiene que ser negociado entre EAT y facilitador. Ahora bien, para la toma de decisión genuina es necesaria la existencia de opciones. Por esta razón, resultaría incoherente plantear una estrategia de enseñanza para EATs cerrada, sin opciones e independiente de los intereses de los estudiantes.
Entonces, una estrategia de enseñanza adecuada contemplará la participación activa del EAT, dejando lugar a que en algún grado éste tome decisiones, en dirección a una práctica autónoma. Las actividades serán seleccionadas de acuerdo a su potencial didáctico y a sus limitaciones, considerando la posibilidad de combinar actividades en función de compensar y reforzar sus efectos en los aprendizajes. Por último, no tienen sentido las “recetas” didácticas, ya que las variables a tener en cuenta se modifican de una situación de enseñanza-aprendizaje a otra, al tiempo que varían las preferencias de docentes y estudiantes (Díaz Bordenave et al, 1982).
En estos términos, podemos sugerir que al manejar una mayor cantidad de estrategias aumenta la probabilidad de seleccionar una adecuada para los contenidos, los participantes y los objetivos didácticos.
Teniendo en cuenta las estrategias típicas, seleccionamos tres modelos que son representativos de cómo implementarlas constructiva y estratégicamente. Estos son: el juego de roles (que apela fuertemente al trabajo colaborativo), el método de casos (que involucra la resolución de problemas), y el método de investigación-acción (que condensa los principios del trabajo por proyectos).
Juego de roles
Éste método se basa en situaciones de juego, mediante las que las personas adquieren, modifican y desarrollan determinadas actitudes y habilidades con mayor facilidad, debido a que disminuye la resistencia al cambio y la implicación emocional que se experimenta. A partir de los años 60 ha encontrado un amplio campo de aplicación en la enseñanza, para diversas actividades que requieren habilidades en las relaciones interpersonales (Parra Pineda, 2003).
Consiste en presentar un problema a los estudiantes, de manera que lo reconozcan y se involucren en su resolución. Se asignan roles con el propósito de fomentar la comprensión de las distintas posiciones frente a un problema. Los pasos sugeridos para su implementación son los siguientes (Joyce y Weil, 2004)
Método de casos
El método de casos es un modo de enseñanza en el que los alumnos aprenden sobre la base de experiencias y situaciones de la vida real, lo que les permite construir su propio aprendizaje en un contexto que los aproxima a su entorno. Este método se basa en la participación activa y en procesos colaborativos y democráticos de discusión de la situación reflejada en el caso.
Los casos son narrativas interdisciplinarias que incluyen información y datos. La condición esencial es la capacidad del docente para conducir la discusión, ayudar a los alumnos a realizar un análisis más agudo de los diversos problemas, e inducirlos a obtener una comprensión más profunda (Wassermann, 1994). Se sugieren los siguientes pasos para su implementación.
Investigación
Requiere involucrar a los estudiantes en problemas genuinos de investigación y motivarlos a buscar formas de resolver el problema. Se diferencia de la primera estrategia porque se pone énfasis en el método científico, mientras que en el juego de roles el foco es la identificación psicológica con los actores. Fases (Joyce, Weil y & Calhoun, 2004).
Fuente: Laureate Universities
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